Psiquiatría y cannabis de la mano
Desde el Primer Congreso de Cannabis y Salud, en la facultad de Ciencias Médicas de la UNLP se realizó una de las tantas charlas en torno a la difusión de los beneficios del cannabis medicinal al raíz de la aprobación de la ley en Argentina. En esta ocasión se presentaron en el auditorio los médicos psiquiatras Jorge Garramuño, miembro del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires, y Celeste Romero del equipo de salud de Mamá Cultiva. En el horario de 13:30, el tópico fue sobre la actualidad y perspectivas del uso del cannabis medicinal en la psiquiatría.
Con la idea de empezar a visibilizar varias miradas sobre el cannabis medicinal, el profesor Marcelo Morante, coordinador de la charla, expresó que normalmente sólo se comunican los resultados positivos sobre el cannabis y las enfermedades, lo cual no es incorrecto, pero que siempre hay que tener en cuenta los antecedentes de los pacientes (enfermedades de familiares y propias, si ha consumido marihuana antes, medicamentos que podrían interferir, si ha tenido “malos viajes”, etc). “Además de las típicas preguntas de rutina, antes de empezar la medicación, es importante empezar con una dosis baja y luego ir aumentando si el paciente lo necesita. En cannabis medicinal, menos es más” expuso Morante.
Además de aclarar que no siempre se logran los efectos deseados, estando la posibilidad de que haya poca tolerancia al cannabis o simplemente no haga ningún efecto, el cannabis puede tener efectos adversos si no es administrado correctamente: palpitaciones, sequedad de boca, mareos, vértigo a corto plazo; hipotensión arterial, confusión, ansiedad, sensación de pánico a largo plazo. No tan frecuente, pero puede traer déficit cognitivo a pacientes sanos si se tiene antecedentes de ello como bipolaridad, depresión o esquizofrenia. “Debido a la importancia de la administración de la dosis, es fundamental acudir a un profesional y no caer en lo que es el prensado paraguayo” determinó Jorge Garramuño, quien afirmó que los compuestos del prensado no son lo mismo que los de la flor natural, además de estar libres de contaminantes.
Los pacientes psiquiátricos no están fuera de esto, por lo tanto, los profesionales Garramuño y Romero se encargaron de comentar especificaciones sobre las enfermedades psiquiátricas más comunes y sus efectos con el cannabis. Cada una de ellas necesita un tipo de planta en específico y por eso es importante saber que genética tiene cada una. “Al momento de medicar en psiquiatría, tenemos que tener en cuenta los niveles de CBD y THC de la planta. Una planta más alta en CBD puede causar alteraciones en un paciente que necesita más THC y viceversa” explicó Garramuño con el pasar de las diapositivas.
“La prohibición del cannabis nos limitó la información a cosas que son ahora muy necesarias para mejorar la calidad de vida de muchos enfermos” dijo Romero quien dejaba su postura bien clara “Estos discursos clásicos del cannabis hay que combatirlos con evidencias y con trabajo profesional”. Así fue como empezó a explicar sobre los beneficios de usar cannabis en personas con, por ejemplo, alzheimer donde se medican a este tipo de pacientes con cannabis rico en THC, luego de la medicación, dichos pacientes presentan una reducción significativa de alteraciones en su perceptiva, agitación, agresividad, irritabilidad, apatía, además de mejorar la calidad de sueño y disminución de la angustia del cuidador (no sólo el enfermo es afectado, sino la persona quien lo cuida lleva una gran cantidad de estrés que luego de un tiempo se traduce en daño físico y psíquico). En el caso de la esquizofrenia, se recomienda cannabis rico en CBD, sustancia aintopsicotica, (dejando pasar unos días de la cocecha) para lograr resultados positivos y mostrar un mejor perfil en los efectos secundarios, puesto que el THC puede producir reacciones psicóticas y empeorar el cuadro.
Sobre el autocultivo, la psiquiatra Celeste Romero se ha manifestado completamente a favor y, por supuesto, ha dedicado una palabra a los cultivadores solidarios: “Veo que hablamos ucho de autocultivo y aveces parece que la figura del cultivador solidario pasa desapercibida o no esta tan puesta en la opinión pública. Nosotros llegamos a donde llegamos gracias a los cultivadores solidarios y eso es algo que no nos tenemos que olvidar”.
Según Romero, la práctica del autocultivo genera esperanza y deseos de recuperarse que son fundamentales para sobrellevar una condición crónica. Así es como el Congreso de Cannabis y Salud abre las puertas al futuro con respecto al uso del cannabis medicinal en varias áreas especializadas en las ciencias médicas todo en pos del bienestar colectivo.